domingo, 13 de mayo de 2007


Me gustaría poder salir a la calle y reír, y que todos riéramos, reír todo el día. Pero hay tantas cosas que nos hacen llorar. Por eso, a pesar de todo, reímos, pero no el día todo. Más bien sonreímos.

Pensando y pensando, sintiendo y pensando, se nos ocurrió una idea. Hacer una fábrica. ¿Pero de qué? ¿De sonrisas? De esas hay muchas, y, además, nosotros ya solemos sonreír.
Pues entonces, ¡De risas!

Y en eso estamos, construyendo la fábrica de risas.

Desde un principio, nos dimos cuenta; vamos, lo teníamos claro desde antes de empezar. Una fábrica de risas para gente de sonrisas… ¡Ummm! Algo falla.

¡Claro! Compartamos esta fábrica de risas, hagámosla, pero que no sea mía, ni tuya, ni de ella o él; ni siquiera nuestra, vuestra o de ellos. Será de todos y para todos.

O como dice una gente ‘mú salá del otro lao del charco’:

¡Para nosotros nada para todos todo!

Así, llegamos a donde estamos, con media fábrica por construir, y llenos de risas, también de sonrisas, claro. Esperando que seamos más y más.

No hay comentarios: